1.7.07

Alegría, sin duda.

Ayer fue un día largo. Ayer comprendí que a veces, al llegar a mi cama para finalizar el día, soy feliz. Y es que ayer el grupo de investigación andó bien, se avanzó despacito, las niñas cantaron y el helado es siempre la mejor de las distracciones. Caminando me enteré que un amigo con quien sólo comparto encuentros esporádicos tiene dos bares y bueno, feliz por él. Pero habría que adicionar los golpes de cariño de Andrea, un contacto físico con Ignacio que habíamos perdido por al menos dos años: él sabe que puede contar conmigo, me lo dice con un tímido gracias y su brazo, que es ese tipo de uestra de cariño que odio, pero que ayer, entendí. Vi a Tata y a Oscar, siempre un placer... sin más. Manuela a veces se resiente conmigo, pero de todas formas tengo una alegría este día, que es difícil perder.

Para rematar encontré en una bolsa en mi cuarto una figura de John "Hannibal" Smith, líder del A-Team. La figura debió ser de algún primo mío, pues es de 1983, cuando yo tenía un año.